La historia de Brian: o se va o lo echan

Este es el "peace protester" Brian Haw de 56 años. De famoso pacífista a peligroso para la "seguridad"

Todo empezó el 2 de Junio de 2001. Ese día, Brian comenzó su protesta ocupando el andén que se encuentra justo en frente de la entrada del Parlamento, justo en frente del Big Ben. Es por esa entrada que los miembros del Parlamento Británico acceden al edificio. O sea que para poder entrar a trabajar para los votantes y ciudadanos que los eligieron, tenían que pasar en frente de Brian, y su más que vistoso tinglado,

Y claro, esa imagen se volvió insoportable para sus señorías: un hombre con convicciones aguantando el frío más severo (hasta 5 grados centígrados bajo cero) y el calor más insoportable; día y noche, 365 días al año, firme y fiel a sus ideales de paz y justicia. Esa era una imagen molesta, que le hacía recordar a sus señorías la mala conciencia que tenían: habían votado el ir a la guerra contra Irak engañados por el Primer Ministro; eso es verdad, pero luego, al darse cuenta del error, no hicieron nada para remediarlo. Y el problema es que en Irak no paran los problemas y los muertos: ya van más de 100 mil civiles muertos; y más de 5 mil soldados de la coalición; 200 billones de dólares gastados y el país desciende, sin prisa pero sin pausa, hacia la guerra civil. ¿Pero que podían hacer? Brian estaba ejerciendo su derecho a protestar, su derecho a la libertad de expresión, parte fundamental de la carta de los derechos humanos. Después de todo, estamos en Europa. Se supone que aquí nadie te va a meter a la cárcel por protestar contra algo que no te gusta. Eso solo pasa en las dictaduras como la del ex dictador Irakí, y en los países comunistas. ¿No?

Pero como los colombianos sabemos, no hay nada que nos paralice más que el miedo: El 7 de Julio de 2005 los terroristas de Al Qaeda atacaron a Londres llenando la ciudad de muertos y de pavor. El primer ministro dijo entonces: “las reglas del juego han cambiado” Y aprovechando que los ciudadanos estaban dispuestos a aceptar cualquier medida y a sacrificar cualquier derecho; lo que fuera, con tal de no volver a vivir el horror de las bombas, llegaron las nuevas "reglas de juego".

La nueva ley antiterrorista la ha dado a la policía nuevos poderes casi omnipotentes de juez, jurado y verdugo: si al policía que te detiene le da por aplicarte la ley anti terrorista, te pueden tener preso un mes sin decirte de que se te acusa, incluso más si el juez da la orden; te pueden mirar tus cuentas bancarias, allanar tu casa, mirar tu correo, los libros que prestas en la librería, tu historia médica y demás etcéteras que los derechos civiles protegían como sagrados e intocables. Todo en nombre de la “seguridad”. La ley anti terrorista se ha usado en casos tan absurdos como contra personas que estaban tomando fotos a los monumentos, puentes o edificios; a gente que se a paseado con camisetas anti-Blair o anti-guerra; contra un miembro del propio partido laborista de 82 años que se atrevió a gritarle “nonsense” (ridículo) al ministro que defendía la guerra de Irak en el último congreso del partido; y finalmente contra Brian Haw, quien en nombre de la “seguridad”, tiene que sacrificar su derecho a la libertad de expresión, y tendrá que irse del sitio que ha ocupado por casi 5 años, so pena de ser detenido bajo la ley anti terrorista. Y es que cuando el terrorismo entra por la puerta, los derechos civiles salen por la ventana.