El capital humano y la fuga de cerebros.

Cuando Eduardo llegó de Colombia, tenía 24 años y estaba recién salido de la U. Su tía le mandó la plata para que se viniera a hacer un Master a Inglaterra. Llegó armado de una visa de estudiante, una carrera de ingeniería eléctrica en el bolsillo, una matricula para una escuela de Inglés primero y un cupo para un Master después, hablaba un Inglés atarzanado, tenía muchas ganas de volver a Colombia y muchísimas ilusiones.

Aún recuerdo cuando recién llegó hace tres años yo le pregunté si se iba a quedar a vivir en Londres. “ Nooooo, como se le ocurre, si allá se vive muy rico, como se vive en Colombia no se vive en ningún lado” como acababa de llegar y estaba teniendo problemas con el idioma, eso lo tenía aburrido.

“No se preocupe pelao, que en un tiempito va a estar hablando Inglés, y cuando se consiga una novia de por acá, no vuelve a Colombia ni para apagar un incendio” Le dije.

“¿Cuánto apostamos? Me dijo él. Yo me reí y me fui.

Si hubiésemos apostado, desafortunadamente yo hubiera ganado. Esta semana me lo encontré después de mucho tiempo sin verlo y me invitó a un café:

“Usted tenía razón” me dijo. “En Colombia no hay nada para mí, estuve el año pasado buscando trabajo y no encontré nada en lo mío, por allá me ofrecieron un trabajo para vender en una cadena americana de ferreterías y artículos para la casa en la sección de electricidad, imagínese, por ser ingeniero eléctrico, y para trabajar en una compañía grande hay que tener una buena palanca, un buen padrino, me cansé y me vine”

“¿Con que salario? Le pregunté ya al final cuando nos íbamos.

“Una miseria, se lo aseguro”

Tomado del Diario El Espectador Domingo 20 de Agosto del 2000:

“De 1998 a 1999, emigraron 85,000 colombianos, cuyo nivel educativo superaba los tres años de educación universitaria y por lo cual se perdieron 2,365 millones de dólares en ese período, recursos que fueron invertidos por la sociedad en su educación. El Departamento Nacional de Planificación de Colombia indicó que esa suma equivale al presupuesto de un año en la educación básica de los niños del país. Cada año la sociedad colombiana gasta millones de pesos en educación para tratar de capacitar mejor a su población, a fin de elevar el nivel de ingresos y mejorar las condiciones de vida de los colombianos. Sin embargo, por la difícil situación del país los colombianos bien preparados se van, dijo el Departamento Nacional de Planificación”.

El capital humano es una de las riquezas más importantes de un país; así como la fuga de cerebros es uno de los mayores problemas. Formar la juventud es importante, pero mantenerlos en el país lo es aún más. Tanto dinero y tanto esfuerzo invertido en esos muchachos allá en Colombia. Y estos, los jóvenes cerebros, en cuanto tienen la oportunidad se marchan del país, privándolo de una riqueza vital (y no uso la palabra necesaria porque es mucho más que eso).

¿Pero por que se van del país?

En las pasadas elecciones lo único que sobresalió del marco aburridor y mentiroso de las mismas eternas promesas vagas, fue la propuesta de Álvaro Uribe de implantarnos chips en la piel y códigos de barra en los dientes a los que vivimos en el extranjero; de propia iniciativa y sin que se lo pidiera nadie al señor presidente.

Cuando me repasé los diferentes programas políticos de los diferentes candidatos y no encontré nada para ayudar a los jóvenes me dio una tristeza infinita. No había nada para los jóvenes que son el futuro de un país; ni para ayudar a los que terminan el bachillerato y siendo inteligentes, no siguen porque no tienen medios económicos, ni para ayudar a los jóvenes graduados de las universidades a conseguir un puesto de trabajo digno. Y mejor no hablar de la inversión en I+D (Investigación y Desarrollo) porque ahí sí que dan ganas de sentarse a llorar.

Por eso se van de Colombia. Porque no hay nada para ellos en el país. Nadie piensa en ellos y su futuro. ¿Por qué? Pues porque a los políticos les importa un comino los colombianos. La clase política vende patrias de este bello país, que puede mandar a sus retoños a estudiar al extranjero, a sus militares a la Academia de las Américas, y a este valeroso pueblo al carajo. Le podremos echar la culpa a los paramilitares, a las guerrillas, los narcotraficantes, los militares corruptos, la policía corrupta o a la virgen del carmen; pero el problema son los políticos corruptos, clientelitas y trepas de toda la vida.

Los mismos apellidos de siempre, creando leyes al servicio de los mismos de siempre. Basta mirar quienes son los que han triplicado su fortuna en Colombia en los últimos diez años (aparte de los narcotraficantes) y nos daremos cuenta de para quienes gobiernan los políticos. Y mientras tanto el pueblo y sobretodo los jovenes que se jodan. Ya hay más de 5 millones de colombianos viviendo afuera del país.


Por eso se van.