Colombianos En Londres

Es muy berraco estar fuera del país y es muy duro ser colombiano en Colombia, pero es aún más berraco ser colombiano fuera de Colombia.

Saturday, September 09, 2006

Llegó la hora de irse Mr. Blair

En palabras de uno de sus biógrafos, Tony Blair siempre soñó con pasar a la historia como el más grande estadista británico. Más grande incluso que Winston Churchill, grande entre los grandes. Desafortunadamente, para este falso laborista y más falso aún socialista, los acontecimientos de las últimas semanas lo están haciendo salir por la puerta de atrás, la de los perdedores cuando aún no va por la mitad de su mandato. Lejos han quedado los días en los que se paseaba por el mundo explicando su famosa “tercera vía”, que es como eufemísticamente llamaba a lo que no era más que una política de centro-derecha. La misma de toda la vida, la que aplican los candidatos conservadores de la derecha en todo el mundo cuando quieren salir elegidos. Hoy en día, alejado por voluntad propia de los sindicatos, que han sido tradicionalmente los aliados naturales y base de votos y de financición del partido laborista, y, alejado también de los miembros más de la izquierda de su partido, Tony Blair se encuentra más bien sólo, acompañado de unos pocos “blairites” incondicionales que cada vez son más minoría, luchando contra la corriente que lo lleva inexorablemente hacia la debacle.

El periódico sensacionalista The Sun, que cuesta solamente 20 peniques (los serios cuestan una media de 70 peniques) y es el más leído por la clase obrera en Inglaterra, publicaba esta semana que Blair se iría en el término de un año. Tal vez antes, pero no después. Los comentaristas políticos lo dieron por cierto incluso un día antes que él mismo lo confirmara, ya que lo que diga The Sun acerca del primer ministro, entonces es porque es verdad. Y este ha sido otro de los puntos débiles del mandato de Tony Blair: sus amistades peligrosas. No sólo que prefiriera abandonar los sindicatos y su base obrera como fuente de financiación y votos, y en cambio si recibiera de buena gana dinero maquillado como préstamos, de empresarios y millonarios, que luego resultaban nombrados “Sir” por arte de birlibirloque, y por lo cual aun están investigando al responsable de recaudar fondos. Sino que dentro del partido laborista siempre ha dejado mal sabor de boca que Rupert Murdoch, magnate y dueño de la prensa de medio mundo en este planeta, sea uno de los avales y mejores amigos del primer ministro. Alguien dijo que el que posee un periódico, posee una fábrica de verdades hechas a la medida, y en este caso, una fabrica de opinión pública. Es tanta la influencia de este diario amarillista en la opinión publica Inglesa, que hace unos días que estuvo por aquí el patrón Murdoch, todo el país estuvo esperando con aliento contenido para saber a que candidato político, ordenaba apoyar en las siguientes elecciones. Laborista o conservador, el candidato que eligiera este señor tendría abiertas las puertas para ser primer ministro. Al final, el patrón se fue de vuelta a Australia y no dijo a cual. Claro, así los pone a los dos partidos políticos a hacer lo que su periódico diga que hay que hacer en Inglaterra. Después está su apoyo incondicional a la política de tierra quemada del presidente George Walker Bush y su amor a imponer la democracia a cañonazos. Es tan evidente y tan molesta para los británicos esa sumisión de lacayo por parte de Tony Blair, que incluso este jueves durante una visita a una “Academy” de las que él ayudó a crear, y que son su buque insignia en educación, un grupo de niños abucheó y le grito a Tony Blair que se fuera del gobierno, mostrándole un “poodle” (perrito faldero) de metro y medio hecho en cartón. Al ser preguntados por los periodistas si estaban siendo influenciados por algunos mayores, los niños declararon que se habían reunido espontáneamente a la hora del recreo y habían decidido por ellos mismos mostrar su desacuerdo con el apoyo ciego de Blair a la invasión de Irak y las masacres del Líbano.

Y es que Inglaterra cada vez pinta menos en la escena política internacional. Después de un imperio de más de 200 años y de cortar el bacalao en todo lo que se fuera a hacer en este mundo a nivel de política o de economía, grande o pequeño, desde Asia hasta las Américas, Inglaterra cada vez pinta menos en todos lados. Fue patético ver en la última cumbre del G8, como el “ofrecimiento” de Tony Blair a su aliado Bush, para ir y mediar en el ataque de Israel a El Líbano, era desechado con una actitud imperial y con la boca llena de sándwich de pollo, irrespetándolo en un tema tan serio y tan importante para el mundo.

Más o menos fue así, un pelín exagerado claro está:

Bush con los mofletes hinchados de comida: “Yo, Blair, whats up my man?”

Blair cogiéndose el pelo y mirando al suelo como niño pillado en falta: “Esteee, que si usted quiere, pueeees, que yo puedo ir a hablar con el presidente Sirio”


Bush con la boca tan llena de sandwich de pollo que casi no se le entiende: “ Don’t worry Tony, Condi is going next week (Condoleezza Rice), thanks anyway, good boy”


Blair: “No, pues porque si su merced quiere, pueees, yoooo esteee, puedo ir abonando el terreno”


Bush, aún con la boca llena de comida le cambia de tema bruscamente: “Good present you gave me for my birthday, I know you pick it up yourself”


Blair: "Esteee, sí, bonito no es cierto"
....

Sencillamente patético.


Si Margareth Tatcher se le hubiera ofrecido a Ronald Reagan para ir a mediar en algún asunto internacional, Reagan le hubiera puesto el Air Force One a su disposición inmediatamente. O como cuando Churchill y Roosvelt se sentaron con Stalin después de la segunda guerra mundial a dividirse el mundo. En esa época las relaciones EEUU-Inglaterra se daban entre iguales. Hoy en día la relación es obviamente de sumisión al presidente americano Ahora el primer ministro británico recibe las órdenes de Murdoch a través de el periódico The Sun y de Bush por teléfono, y actúa en consecuencia. Y lo peor es que este apoyo ciego a la política de Bush le ha quitado el valor que tenía como mediador entre el mundo árabe y Occidente, lo cuál aumenta el peligro de ser atacados por los terroristas. Otro ladrillo más para el costal que carga en la espalda el primer ministro. Llegó la hora de irse Mr. Blair y lo peor es que por querer salir por la puerta grande la historia como el más grande, terminó saliendo por la puerta pequeñita de los que echan a escobazos.

Estos niños espontaneamente se han reunido y le han pedido a Tony Blair que se vaya. No estaban de acuerdo con el apoyo ciego de Blair a la guerra de Irak y el ataque de Israel al Líbano.